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Vocalizaciones asociadas a cada chakra y su frecuencia.
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Exploración del cuerpo como instrumento resonante.
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Escucha interna, improvisación libre y silencio activo.
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Ejercicios de respiración (pranayama) para ampliar la presencia escénica y musical.
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Posturas (asanas) que activan cada centro energético
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Música improvisada en diálogo con el ritmo interno del grupo.
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Ejercicios de voz y resonancia.
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Silencio, escucha y conexión cuerpo-sonido.